Durante estas lluvias han muerto seis personas arrastradas por las corrientes de arroyos o cauces mientras circulaban en sus vehículos o transitaban por puntos cercanos en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
El último caso fue el de Patricia Díaz, adulta mayor quien, junto a su esposo, José Luis Dueñas, desaparecieron el pasado domingo 14 de julio tras ser arrastrados por la corriente en el arroyo El Chirimoyo, ubicado en la delegación San Sebastián El Grande, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, mientras circulaban en su camioneta.
El cuerpo de la señora Patricia fue localizado ayer por la tarde en la presa El Guayabo, de aquel municipio, tras 120 horas de búsqueda, mientras que el cuerpo de su esposo, el señor José Luis, fue encontrado el jueves pasado cerca de donde fue hallada su camioneta. Ambos adultos mayores contaban con 65 años de edad.
José Juan Pablo Rojas Ramírez, investigador del Centro Universitario de Tonalá de la Universidad de Guadalajara, señaló que, pese a algunas medidas preventivas implementadas por parte de la autoridad para evitar cruzar por zonas inundadas, hay ciudadanos que las evaden e ingresan a esos puntos, quedando atrapados por el alto nivel del agua.
En la ciudad, hay puntos documentados con riesgos para la población, por ejemplo, el arroyo El Garabato, desde la colonia Mariano Otero hasta Miramar; el cauce está conectado con el del arroyo Seco, el cual baja desde Santa Ana Tepetitlán hacia Miramar, luego sigue desde El Mante, el ITESO y desemboca en la presa Las Pintas.
Al sur, en Tlajomulco de Zúñiga, hay riesgo por el arroyo El Colorado, que está conectado con el arroyo La Culebra, al igual que la zona aledaña al arroyo El Chirimoyo, que cruza el poblado de Santa Anita y San Sebastián el Grande y que arrastró a los dos adultos mayores el pasado domingo.
Josué Sánchez Tapetillo, especialista en Recursos Hídricos, señaló las omisiones de la autoridad, por ejemplo, la urbanización desmedida en cuencas hidrológicas y el cambio de uso de suelo, entre otros, que propician las crecidas de los arroyos e inundaciones.
“Los escurrimientos cada vez son más graves, más severos. Derivado de que no se atienden causas, se sigue urbanizando cuencas, se sigue cambiando el uso de suelo, cómo se cambia la cobertura de suelo y cómo está alterando los procesos del ciclo hidrológico”.
Entre los puntos positivos, se reconoce la implementación de los sistemas de alerta en algunas zonas, como el paso a desnivel de avenida Central y el Periférico, que comenzó desde el viernes pasado, o la construcción de algunos colectores que mitigan inundaciones.
Erik Alvarado, experto en temas de Protección Civil, recomendó a la ciudadanía no manejar ni transitar por avenidas o puntos de riesgo cuando comience a llover, ser pacientes y esperar a que disminuya la intensidad de las lluvias.
“Mantenerse informados a través de las redes sociales oficiales, a través de los sistemas meteorológicos, pero particularmente ponderar su salud y su vida. Vale más esperar media hora a que deje de llover o baje el nivel del agua a arriesgarse a enfrentarse con la naturaleza”, señaló.
En contraparte, está el que se haya olvidado alertar a la población de puntos donde hay riesgos de inundaciones, como los mencionados u otras vialidades de la ciudad, así como la urbanización en zonas no permitidas.