El Rey Felipe VI visita Paiporta y le lanzan lodo [Videos]

La multitud de sobrevivientes expresó su frustración y enojo lanzando barro e insultos hacia los dignatarios, manifestando el descontento por la gestión de la emergencia que dejó más de 60 muertos y miles de afectados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que ser evacuado del área, según informó la cadena RTVE, mientras el contingente oficial recorría las calles llenas de barro en la localidad de Paiporta, en la región de Valencia. La Policía intervino con oficiales montados para contener a decenas de personas que blandían palas y arrojaban lodo y palos.

A pesar de la hostilidad, el rey Felipe intentó hablar con los residentes afectados, quienes en su mayoría respondieron con gritos de “¡Fuera!” y “¡Asesino!”, entre otros insultos. Los guardaespaldas usaron paraguas para proteger a los funcionarios de los objetos arrojados. “Lo sabían, y no hicieron nada”, gritaba la multitud enojada, acusando a las autoridades de una respuesta tardía y deficiente ante la tragedia.

El monarca mantuvo la calma, e incluso consoló a un hombre con un apretón de manos y abrazó brevemente a varios afectados. Por su parte, la reina Letizia y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, también estuvieron presentes, y la reina fue abordada por una mujer que le dijo: “No tenemos agua”, en referencia a la falta de agua potable en la zona cinco días después de las inundaciones.

Paiporta, un pueblo de 30 mil habitantes, sigue sepultado en lodo y escombros, con vehículos destruidos y calles intransitables. La limpieza ha sido llevada a cabo principalmente por residentes y voluntarios, debido a la lenta respuesta de las autoridades. La alerta regional para evacuar fue emitida con dos horas de retraso, lo que ha alimentado aún más la ira de los afectados.

El nivel de indignación quedó reflejado en los constantes reclamos hacia los líderes presentes, particularmente hacia Mazón, encargado de la protección civil, y Sánchez, quien no pudo quedarse debido a la tensión en el lugar. Felipe insistió en escuchar a los afectados, que le pidieron no ser abandonados y le compartieron su desolación.

Tras unos 30 minutos de enfrentamientos, el rey y su comitiva se retiraron, escoltados por la policía. Algunos residentes golpearon y patearon los vehículos oficiales mientras estos se retiraban.